![Emmanuel Diez](https://fbcdn-profile-a.akamaihd.net/hprofile-ak-xaf1/v/t1.0-1/c0.0.50.50/p50x50/1503838_10203387861486829_737161617_n.jpg?oh=6f10174a9ada25b4681a715b223a04b8&oe=556E957B&__gda__=1428400583_5df9265011d099fee33406adadc43c65) | Lecturas de la Misa Jueves 15 de Enero de 2015 Feria Primera Lectura Hebreos 3:7-14 7Por eso, como dice el Espíritu Santo: Si oís hoy su voz,8no endurezcáis vuestros corazones como en la Querella, el día de la provocación en el desierto,9donde me provocaron vuestros padres y me pusieron a prueba, aun después de haber visto mis obras10durante cuarenta años. Por eso me irrité contra esa generación y dije: Andan siempre errados en su corazón; no conocieron mis caminos.11Por eso juré en mi cólera: ¡No entrarán en mi descanso!12¡Mirad, hermanos!, que no haya en ninguno de vosotros un corazón maleado por la incredulidad que le haga apostatar de Dios vivo;13antes bien, exhortaos mutuamente cada día mientras dure este hoy, para que ninguno de vosotros se endurezca seducido por el pecado.14Pues hemos venido a ser partícipes de Cristo, a condición de que mantengamos firme hasta el fin la segura confianza del principio. Salmo Responsorial Salmo 95:6-11 6Entrad, adoremos, prosternémonos, ¡de rodillas ante Yahveh que nos ha hecho!7Porque él es nuestro Dios, y nosotros el pueblo de su pasto, el rebaño de su mano. ¡Oh, si escucharais hoy su voz!:8«No endurezcáis vuestro corazón como en Meribá, como el día de Massá en el desierto,9donde me pusieron a prueba vuestros padres, me tentaron aunque habían visto mi obra.10«Cuarenta años me asqueó aquella generación, y dije: Pueblo son de corazón torcido, que mis caminos no conocen.11Y por eso en mi cólera juré: ¡No han de entrar en mi reposo!» Evangelio Marcos 1:40-45 40Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: «Si quieres, puedes limpiarme.»41Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio.»42Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio.43Le despidió al instante prohibiéndole severamente:44«Mira, no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio.»45Pero él, así que se fue, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que ya no podía Jesús presentarse en público en ninguna ciudad, sino que se quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a él de todas partes. |
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