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Día 31.
En el Nombre del Padre, † del Hijo, y del Espíritu Santo, Amén.
Señor mío, Jesucristo,
Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío,
por ser Vos quién sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido;
propongo firmemente nunca más pecar,
apartarme de todas las ocasiones de ofenderos,
confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta.
Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos,
en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita,
que los perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio,
hasta el fin de mi vida.
Amén.
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benigna mente. Amén.
Lectura Bíblica y Meditación.
Favor de leer Éxodo 3 La Manifestación de Dios.
Egipto, la cual las Sagas llaman como padre y prototipo de todos los subsiguientes exilios y persecuciones del pueblo Judío. Es también la historia de la formación del gran líder Judío, Moisés. Todo lo que la Toráh nos dice acerca de Moisés es una lección de liderazgo Judío. Se nos dice que su madre, Jochebed, nació 'entre paredes de colindancia' de Egipto cuando la familia de Jacob llego allí por primera vez. Esto, explica el Lubavitcher Rebbe, significa que Jochebed no pertenecía ni a la 'vieja generación' nacida en Tierra Santa, para quien 'galut' siempre será un mundo desconocido y extranjero; ni tampoco
de la generación nacida en Egipto, a la cual el estado de exilio era un natural y obvio hecho de vida. Más bien ella estaba entre dos mundos, significando que entendía lo más íntimo de la circunstancia de 'galut' al igual que a la visión trascendental que le seguiría.
Por eso, Jochebed es la mujer cuya matriz podía formar con su cuido el desarrollo del que redimiría a los hijos de Israel de su exilio.
'Infancia y niñez'
Cuando Moisés nació 'la casa fue llena de luz' atestando a su iluminación de la humanidad. Pero inmediatamente esta luz tuvo que ser escondida, por él y por todos los recién nacidos varones de Israel, vidas en perpetuo miedo de ser descubiertos por los asesinos de niños del Faraón. Entonces es echado en el río Nilo, protegido en una canasta, compartiendo el destino en potencial de sus paisanos, los bebes que eran echados a las mismas aguas. Aquí tenemos una lección de liderato: El líder no puede aparecer de 'arriba', sino que debe compartir el destino de su pueblo. Esta es la lección que Dios mismo le dio en su misma primera aparición a Moisés en la zarza ardiente: (Éxodo 3:7) " bien he visto la aflicción de Mi pueblo'. Pero el echar a Moisés en las aguas no era solo enfático de la situación difícil de Israel, fue también el primer paso de salvación del pueblo de Israel. Las Sagas nos dicen que Faraón ordeno que todos los recién nacidos varones Judíos fueran echados al Nilo porque sus astrólogos le habían dicho que el Salvador de Israel terminaría muriendo por el agua, ( esta predicción fue cumplida muchos años después cuando Moisés no le fue permitido entrar en Tierra Santa por el evento del 'conflicto de las aguas'). En el día que Moisés fue echado al río Nilo, los astrólogos de Faraón le dijeron que el destinado libertador de Israel ya había sido echado a las aguas, y aquí termina el decreto de lanzar los recién nacidos a las aguas. De edad de infante de tres meses, siendo participante pasivo de los eventos que le rodeaban, Moisés empezaba cumpliendo su rol de salvador de su pueblo. Gracias a la maniobra ingeniosa de Miriam, Moisés es amamantado y criado por su propia madre en su niñez. Luego es traído al palacio de Faraón para ser criado como miembro de la familia Real. Moisés debía ser ambos, esclavo hebreo y príncipe Egipcio. Para poder ser líder de su pueblo, debía tener el mismo destino; para derrotar las fuerzas de la esclavitud tenía que infiltrar el palacio Real Egipcio. El debía ir a Faraón para recibir conocimiento intimo de Su esencia, poder y vitalidad. (Éxodo 10:1) "HaShem dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón; porque Yo he endurecido su corazón, y el corazón de sus siervos, para mostrar entre ellos estas Mis señales".
'Defensor de Israel'
La primera de las acciones de Moisés en ser recordada en la Torá delinean dos tareas centrales del líder: defender su pueblo de amenazas externas y el salvaguardar su integridad interna. En el día que Moisés se convierte en adulto, va a sus hermanos y ve su aflicción. Sus años en el palacio de Faraón no habían quitado su afinidad con esta tribu de hebreos esclavos y la sensibilidad de su ruego. El ve como un Egipcio azotaba a muerte a un hebreo y es movido a actuar, sacrificando, en una singular acción su vida de privilegio como miembro de la clase gobernante uniéndose así a la suerte de sus hermanos hebreos.
El mismo próximo día, Moisés vuelve a intervenir entre el conflicto de dos de sus paisanos, y de repente comprende que la fuente de su esclavitud no es el poder
que ejerce Egipto, sino su falta de unidad. La llave de la redención yacía en albergar un sentimiento mutuo como nación. De estas dos demostraciones de liderazgo uno esperaría que Moisés procediera a su rol ordenado como líder de Israel. Pero primero tenía que convertirse en 'Pastor'.
'El pastor fiel'
Porque el rol de líder de Israel no es solo defender, redimir, predicar, y gobernar, sino primeramente de 'nutrir'. Moisés es el salvador de Israel y su maestro y legislador, pero también es su ' raaya meheimna '- el 'fiel pastor' y 'pastor de fe'- significando que es proveedor de sus necesidades, ambas materiales y espirituales, alimentando sus cuerpos con mana y alimentando sus almas con fe. Así pues, Moisés es sacado de lejos de Egipto a Madián para convertirse en pastor de las ovejas de Jetro. El Midrash relata como otro pastor, David, aprendió el arte de liderazgo cuando estaba a cargo de las ovejas de su padre: el llevaba las ovejas mas
pequeñas primero a los suaves pastos antes de permitirles a las ovejas adultas y a los cabros el comer la mitad de lo que dejaban las pequeñas, luego le
permitía a los grande y fuertes carneros devorar hasta las raíces de todo. Un líder no puede simplemente enseñar; El debe 'pastorear' su redil, supliendo a cada uno guía y conocimiento en manera que pueda ser absorbido y digerido por sus recipientes. El Midrash también dice como, un día una pequeña oveja del redil de Moisés se escapo corriendo. Moisés corrió tras ella, hasta que llego a un manantial y la encontró bebiendo del agua. ¡Cuando la vio clamo ' Oh, no sabía que estabas sedienta!' El la tomo en sus manos y se volvió a la manada. Entonces Dijo Dios: ' Eres piadoso en como tratas con tus ovejas- tú te encargaras de Mi redil, el pueblo de Israel'. El Lubavitcher Rebbe señala que en adición a demostrarle compasión a Moisés, el incidente tiene una importante lección: Moisés realizo que la pequeña oveja no había corrido de la manada por maldad o malicia, sino por meramente tener sed. De la misma forma cuando un Judío se aparta de su pueblo es solamente porque tiene sed. Su alma tiene sed del significado de la vida, porque ha evadido las aguas de Torá. Por eso vaga por dominios desconocidos, buscando calmar su sed. Cuando Moisés entendió esto, fue que pudo convertirse en el líder de Israel. Solamente un pastor que no es rápido para juzgar una oveja descarriada, que es sensible a la causa de su deserción, puede con misericordia levantarla en sus brazos y traerla a casa.
'El sacrificio'
Después de muchos años de preparación el escenario está listo. El fue un hebreo lanzado al río Nilo, un infante en los pechos de su madre Jochebed, un joven príncipe Egipcio, valiente defensor de su pueblo, igual de valiente con la unidad de los Judíos, pastor en el desierto. Entonces fue que Dios se le revelo en la zarza ardiente para decirle: (Éxodo 3:9-10) 'El clamor pues, de los hijos de Israel ha venido delante de Mi, y también he visto la opresión con los que los Egipcios los oprimen. Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a Mi pueblo, los hijos de Israel'. Lo más sorprendente fue que Moisés
rechazo ir. El no solamente rehusó ir, por siete días y siete noches argumento con Dios, presentándole cada excusa concebida, para declinar su misión, hasta que la ira de Dios quemo por Moisés. La primera excusa de humildad, Éxodo 3:11 " ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?".
Dios termina el debate diciendo en el verso 12. "Ve, porque Yo estaré contigo ". ¿Puede el hombre más humilde del mundo reclamar no ser digno después de esto?
Pero yo no conozco Tu esencia, dijo Moisés. ¿Cómo puedo presentarme como mensajero cuando no puedo explicar la naturaleza del que me envió?
Dios le dice quien es El, 'Yo seré lo que seré' (Ehyeh Asher Ehyeh) y le regaña por hablar mal de Su pueblo. En el verso 18 le dice ' Y oirán tu voz'. Las escusas de Moisés se le acababan, y dijo: ' ¡Ay Señor! nunca he sido hombre de palabra.' porque tenía impedimento de habla, y un líder debía dar discursos. La respuesta de Dios fue obvia y contundente. Finalmente Moisés clama diciendo: (Éxodo 4:13)' ¡Ay Señor! Envía, te ruego, por medio del que debes enviar' ¿Porqué Moisés actúa tan extraño? Sus hermanos y hermanas están bajo el látigo del opresor; Faraón se baña en la sangre de los niños Judíos. El momento por el cual los hijos de Israel oraban y añoraban por cuatrocientos años había llegado. Ya Dios le había hablado a Moisés. ¿Por qué Moisés se rehúsa? ¿Por humildad? ¿Por qué no era bueno hablando? Las Sagas interpretan el verso 13. (Éxodo 4:13) 'envía, te ruego, por medio del que debes enviar' que Moisés se refería a Mashíaj (El Mesías), el
Redentor de Israel en el fin del tiempo.
La bendición de Jacob _ Israel a sus hijos.
Pedir por la Iglesia y el Pueblo de la primera alianza Israel.
Madre purísima, tú que en el cantico 'Magníficat' hablas de la Alianza de Dios con Abraham y su descendencia para siempre, te pedimos que ores, con, por y junto a nosotros para que nos protejas del mal de aquellos que no reconocen el pacto de Dios con nosotros también hijos de la promesa, que aquellos que no la buscan, se conviertan más que todos vivamos en paz y armonía, en el Nombre de tu Hijo Jesús, Amén.
Oración Final.
¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo Oh Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como a pertenencia y posesión tuya. Amén. |
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